domingo, marzo 13, 2011

El pozo

De chico caí en un pozo
de unos cuatro metros de profundidad
y bastante ancho, cavado en el terreno
de una obra en construcción.
No recuerdo cómo fue que caí.
Sólo sé que en el fondo había un charco de agua oscura
y que podía distinguir en las paredes
las distintas capas y el humus
que me habían enseñado con gráficos en la escuela.
Desde ahí abajo podía ver el cielo de la tarde
como desde el fondo de una botella.
Recuerdo la sensación de estar viviendo una aventura,
esas cosquillas que sólo sentimos ante un peligro
que íntimamente creemos poder superar.
Después mis amigos llamaron a mi padre
quien con la ayuda de una soga
me rescató de aquel pozo donde yo estaba a salvo.