domingo, noviembre 26, 2006

El día que me quieras

“Ojalá Dios me dé la suficiente humildad para reconocer que soy lo único importante en tu vida”.
M.B.





El día que me quieras
iré a verte con Gardel y Le Pera
y te cantaremos a capella
la Marcha de San Lorenzo.

El día que me quieras
será jueves, lloverá en París
y César Vallejo se nos morirá de nuevo.

El día que me quieras
las chicas de Fashion TV vestirán Hare Krishna
y mirarán las cámaras con el candor
de una muchacha cama adentro.

El día que me quieras
el ministro de economía leerá en público
un poema de seis dígitos que irrumpirá
como un virus informático en el cerebro
de los gerentes de las compañías multinacionales.

El día que me quieras
la rosa que engalana se pondrá
sus mejores espinas y la luciérnaga curiosa
sufrirá un apagón sin aviso.

El día que me quieras
Dios estará distraído mirando a cuánto cotiza
el alma del Che Guevara en las pizarras
de Wall Street.

El día que me quieras
un astronauta que soñaba caminar la luna
pisará mierda en una calle de Brooklyn
y puteará mirando al cielo.

El día que me quieras
los cementerios cerrarán por duelo
y las flores no crecerán para la muerte de nadie.

El día que me quieras
el presidente de EE. UU. será nombrado
premio Nobel de la Paz y todas las naciones
del mundo se levantarán en armas contra él.

El día que me quieras
un obrero leerá a Strindberg en un andamio
mientras otro le robará su almuerzo.

El día que me quieras
los bares, los puentes, las plazas, los muelles,
las estaciones de trenes donde te he nombrado
se enojarán conmigo para siempre.

El día que me quieras
yo estaré escribiendo epitafios. Para entonces quizá
ya no te quiera y prefiera quedarme con tu imagen
de cuando no me querías. Así que, por favor,
mejor no me quieras.

lunes, noviembre 20, 2006

Azul metafísico

Ausente entre las cosas

demás entre los seres

abstraído en umbrales de la nada,
enciendo un cigarrillo
que fuma una boca en otro

lado

miércoles, noviembre 15, 2006

Argumento para una jubilación

Un poeta menor, llegado a mayor,
cuelga las lapiceras, archiva los papelitos
amarillos y se dedica únicamente
a dar de comer pedacitos de musas
a las metáforas que revolotean en la plaza.

viernes, noviembre 10, 2006

Estrella

La noche se abre paso
entre las últimas nubes.

La lluvia dejó un charco oval
en la vereda. En él se ve
una estrella. Perfecta.

El poeta la recoge
y se la cuelga de la solapa.

El sheriff.

domingo, noviembre 05, 2006

Baile

Dispongo la luz de una lámpara
directa a la mesa.

En el centro del círculo
clavo un compás con las piernas
abiertas.

Invierno porteño, de Piazzolla.

Giro la lámpara
y la sombra del compás muda de lugar.

miércoles, noviembre 01, 2006

Músicos

Bach me atraviesa el alma
con una bella espada.
Tchaikovsky me deposita
en un barranco. Con Miles Davis
nos sentamos en los tejados.