domingo, septiembre 05, 2010

piedra al mar

hay que arrojar de vez en cuando
una piedra al mar
con la esperanza de que no llegue
a tocar las olas
de que no llegue a caer nunca
una piedrita de nada y muy a mano
de esas que andan sin dueño
sin responsables
y creer que al arrojarla
se pueda incorporar a una nube
a un arco iris
o que pase un terodáctilo de pronto
a ras del mar
y se la coma al vuelo
o provocarle un chichón a un ángel
y ante el mínimo gesto de reproche
salir caminando silbando