domingo, noviembre 22, 2009

Poema de Marcela Pernía

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Ayer me enteré de la muerte de Marcela. Fue esta semana, el martes.
Y hoy es su cumpleaños.
Ella tenía los blogs -hoy cerrados- Itinerarios del arte, Letra deriva y otros.
Todos estos años compartimos cosas. Nos hicimos amigos. El año pasado
nos vimos en la presentación de Musas. Esa fue la única vez, y disfrutamos mucho
el encuentro junto a otros buenos amigos.
Conservé un poema de ella, sin título, que tanto habla de sus obsesiones, de sus búsquedas poéticas, de su vida.
La frase que antecede al poema también es de Marcela y me la envió Adal, el hippie viejo.
Este es mi simple homenaje.
Gracias, Marcela. Te recordaré siempre.
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…Zambullida en el medio de las cosas,
con las manos sucias, de rodillas
para después alcanzar las estrellas.
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Busco un aroma que evoque una imagen
al otro lado del espejo.
Tengo acuarelas que dividen el sol en haces amarillos.
La poesía desea decir.
Goza con la muerte del lenguaje.
Lo astilla, lo subvierte; es su esclava.
Y goza de lo que él no dice.
Las palabras que me rondan no son las mismas
que rondan el sonido.
Son mares. Son tormentas.
Los huecos son rojos. La noche es roja.
Necesito de mi deseo para no perderme.
¿Esa mano que escribe de mí, quién es? ¿Qué es?
Busco profanar sentidos. Respirar
palabras sacrificadas en el altar de la comunicación.
Soy mi propia Babel. Quiebro la correspondencia
entre las palabras y las cosas.
Escribo. Voy hacia el abismo.
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Marcela Pernía