lunes, diciembre 07, 2009

Bucarest

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El café el Marlboro box la pantalla detrás
de mis anteojos. La hoja blanca del Word
sobre el celeste enmarcado. Y ya estoy
en Bucarest juntando hormigas en un parque
para obsequiártelas a vos, amiga. Hay un sol de reloj
y varios fantasmas que dicen por aquí por aquí…
Es enero aunque hoy sea fin de noviembre.
Tengo cartas en los bolsillos. Colgaré más tarde
mi saco en un farol para que vuelen.
Los domingos son así, amiga. Uno no sabe dónde entra
cuando entra. Y un poema puede ser una guarida
en la panza de un león muerto de miedo.